Se fue otro año, y mirando hacia atrás, debo expresar mi gratitud con lo que fue el 2009, no porque haya sido un año de momentos gratos y buenos pasares, sino que justamente lo contrario. Fue un año donde la vida (por no decir "yo mismo") se encargó de enrostrarme, azotarme y vapulearme con un montón de procesos que tenía inconclusos, y que a la larga, tras todo ese sufrimiento me sirvió para mejor, pues pude quemar un montón de etapas que tenía congeladas, donde me negaba a dar los pasos necesarios para poder cerrarlas.
Difícil fue aceptar muchas cosas, mi maldita compulsión a la repetición entre las más complicadas. Sin embargo, quemante y todo pude desentrañar el porqué se produce (o si bien no lo sé del todo, al menos conozco un par de aristas), y cómo se caracteriza, lo que me ha servido para poder ir superándolo de a poco, y poder aceptar esta parte de mi mismo que me negaba a ver.
Por otra parte, también conocí (y re-conocí) un montón de gente, que me mostraron nuevas formas de ver y hacer las cosas, junto con formar amistades largo tiempo aplazadas, como ocurrió con mis compañeros de mención en la universidad, mis queridos educas, de los cuales realmente me siento muy agradecido por la compañía cada día, ya sea en la sala, en sherwood o en algún carrete aparte, lo que de verdad fue un suplemento emocional que no creo que podría haberse llenado de otra manera.
Viví la mejor tocata de mi vida en la semana de psicología, donde con Delirio Urbano Trío hicimos un show que el público gozó como jamás hubiera soñado; fui al mejor concierto de Cerati que he visto, donde en una montaña rusa de emociones sus canciones me dejaron al borde del colapso. Volví a ser scout, conocí a mucha gente valiosa, sobre todo a 2 amigos con los que quiero forjar una gran relación, y ahora pasaré a ser jefe de Tropa, lo que es una responsabilidad bastante alta.
También se me hizo nuevamente pedazos el corazón a comienzos del año, donde volví a caer en el mismo juego, pero esta vez de manera más directa y destructiva. En la segunda mitad del año pude resolver este dramón que había quedado marcando, junto con que pude cerrar el eterno ciclo (al fin!!) con la Maga, zafando de su figura quimérica y proyectada en tantas otras mujeres de una noche. Luego me descontrolé entre octubre y noviembre, me volví un ente deseoso de piel, y llegué a paraderos insospechados en mi sed leónica.
Cuatro insights me llevaron hasta las lágrimas, cuatro ocasiones donde pude percatarme de cómo yo mismo soy la única limitante que se interpone en el camino. Superé el cólon irritable, pero mi cuerpo se encarga de seguir somatizando de otra manera, y reapareció una vieja alergia de infancia, que ahora me tiene echando cremas cada tanto. Al finalizar el año mi cuerpo me jugó la última mala pasada, donde una de mis rodillas cedió al cansancio y ahora tengo un esguince, que me tiene con dolor pero caminando al menos.
Así es como comienzo este 2010, con incertidumbre en muchos ámbitos, ya que egresé de la universidad, me separo de la cotidianeidad de mis compañeros y comienzo la práctica, que es enfrentarse directamente al mundo "adulto", algo que siempre se ha visto tan lejano.
No pronostico nada, simplemente creo que lo viviré y enfrentaré los desafíos, porque a final de cuentas, todo lo que importa es vivir y lo demás es olvido.
Difícil fue aceptar muchas cosas, mi maldita compulsión a la repetición entre las más complicadas. Sin embargo, quemante y todo pude desentrañar el porqué se produce (o si bien no lo sé del todo, al menos conozco un par de aristas), y cómo se caracteriza, lo que me ha servido para poder ir superándolo de a poco, y poder aceptar esta parte de mi mismo que me negaba a ver.
Por otra parte, también conocí (y re-conocí) un montón de gente, que me mostraron nuevas formas de ver y hacer las cosas, junto con formar amistades largo tiempo aplazadas, como ocurrió con mis compañeros de mención en la universidad, mis queridos educas, de los cuales realmente me siento muy agradecido por la compañía cada día, ya sea en la sala, en sherwood o en algún carrete aparte, lo que de verdad fue un suplemento emocional que no creo que podría haberse llenado de otra manera.
Viví la mejor tocata de mi vida en la semana de psicología, donde con Delirio Urbano Trío hicimos un show que el público gozó como jamás hubiera soñado; fui al mejor concierto de Cerati que he visto, donde en una montaña rusa de emociones sus canciones me dejaron al borde del colapso. Volví a ser scout, conocí a mucha gente valiosa, sobre todo a 2 amigos con los que quiero forjar una gran relación, y ahora pasaré a ser jefe de Tropa, lo que es una responsabilidad bastante alta.
También se me hizo nuevamente pedazos el corazón a comienzos del año, donde volví a caer en el mismo juego, pero esta vez de manera más directa y destructiva. En la segunda mitad del año pude resolver este dramón que había quedado marcando, junto con que pude cerrar el eterno ciclo (al fin!!) con la Maga, zafando de su figura quimérica y proyectada en tantas otras mujeres de una noche. Luego me descontrolé entre octubre y noviembre, me volví un ente deseoso de piel, y llegué a paraderos insospechados en mi sed leónica.
Cuatro insights me llevaron hasta las lágrimas, cuatro ocasiones donde pude percatarme de cómo yo mismo soy la única limitante que se interpone en el camino. Superé el cólon irritable, pero mi cuerpo se encarga de seguir somatizando de otra manera, y reapareció una vieja alergia de infancia, que ahora me tiene echando cremas cada tanto. Al finalizar el año mi cuerpo me jugó la última mala pasada, donde una de mis rodillas cedió al cansancio y ahora tengo un esguince, que me tiene con dolor pero caminando al menos.
Así es como comienzo este 2010, con incertidumbre en muchos ámbitos, ya que egresé de la universidad, me separo de la cotidianeidad de mis compañeros y comienzo la práctica, que es enfrentarse directamente al mundo "adulto", algo que siempre se ha visto tan lejano.
No pronostico nada, simplemente creo que lo viviré y enfrentaré los desafíos, porque a final de cuentas, todo lo que importa es vivir y lo demás es olvido.