lunes, 6 de junio de 2011

La Resiliencia y El Arte, Nuevas Formas de Repensar la Educación

Pensando en el contexto actual, con todos los acontecimientos recientes en materia educativa y las manifestaciones, a mí parecer justificadas, que se han dado a lo largo del país en torno a la urgencia de cambiar las políticas públicas en educación, creo que se hace necesario retomar en estos momentos la forma en que se educa, tanto en términos de cómo se en enseña a los alumnos, así como de qué y cómo se les está enseñando a los alumnos. Con esto último me refiero, a que en términos de currículum educativo tenemos una deuda enorme con nuestros alumnos y alumnas, ya que las actuales propuestas educativas en materia curricular formal, si bien permiten "adaptarse" a una sociedad basada en un modelo de mercado, donde desgraciadamente la urgencia de la competencia y el capital son los que dictaminan el cómo se realizan las cosas, no logran entregar un desarrollo en términos más humanos, forjando una conciencia ciudadana que pueda ser más clara y activa en el quehacer contemporáneo.

Dentro de las propuestas que surgieron el año pasado por parte del MINEDUC, se encontraba la reducción de horas de Historia, en pos de mayores horas Lenguaje y Matemáticas. ¿Por qué? porque la política educativa actual prefiere primar una enseñanza que responda a pruebas internacionales (PISA, TIMSS) en términos tecnocráticos, más que entregar una educación de calidad donde se le permita al alumno(a). El ejemplo evidente es que si se revisan los contenidos de cada asignatura, se puede ver que el área de Historia es, efectivamente, la rama que permite desarrollar mayor pensamiento crítico, debido a que permite ubicarse en términos de contexto e historicidad frente a los fenómenos sociales actuales, lo que obliga a tomar perspectiva y participación dentro de estos mismos.

Por otra parte, está la problemática de cómo se está enseñando hoy en día. Si ud. busca por la internet o conversa con algunos profesores de colegios públicos, se puede dar cuenta del cansancio y de lo agotados que se encuentran muchos de ellos, debido a que comentan que hay ambientes (sobre todo se apunta a contextos prioritarios o vulnerables) en que definitivamente no se pueden realizar clases, debido a la dispersión de los niños, que algunos son muy desordenados, que hay bullying entre alumnos llegando incluso al profesor, etc. De ahí solo hay un paso para que manden al menor al psicólogo, diagnosticándose en muchos casos Trastorno de Déficit Atencional (uno de los Trastornos más sobre-diagnosticados hoy en día en el país), se recetan pastillas y se dopa al niño para que se mantenga quieto en la sala, mientras el profe les pasa materia y este se dedica a memorizar, no necesariamente a entender.

Es claro que muchos de estos(as) chicos(as) nacen dentro de contextos que son perjudiciales, donde hay violencia intrafamiliar a la orden del día, abuso de drogas, violaciones, etc., y por lo mismo a muchos les resulta sencillo decir que son ellos los que no saben "comportarse" en clases debido a lo que ha aprendido en la familia y la calle. En este sentido es que yo me pregunto ¿sobre quién cae la responsabilidad de cómo enseñar? ¿No es acaso en los profesores y la forma en que se realizan las clases? porque si se ve de esa manera, se puede atestiguar una lucha de adaptación entre el sistema educativo y el alumno, donde este último siempre termina perdiendo, ya que los establecimientos simplemente hacen uso de sus facultades para encapsular y contener al llamado “niño problema”.

Tomando en cuenta estos antecedentes, es que se debe comenzar a repensar la Educación en términos de formación de vida y pensamiento crítico, que permitan generar personas partícipes activas de su contexto, a la vez que se plantean nuevas formas de comunicar el conocimiento, donde sea el sistema educativo quien tenga que también poner de su parte para adaptarse a las necesidades del alumnado, en términos de conseguir una mayor efectividad para el desarrollo de estos últimos.

Es aquí donde entra la Resiliencia y el Arte, ya que en el último período distintas instituciones y ONG's, como lo son la Corporación Nuestro Espacio, Crearte, y el Circo del Mundo (por mencionar algunas) han buscado nuevas maneras de plantear la educación por medio de Talleres Extra-programáticos que fomentan la Expresión Artística, basadas en el modelo Resiliente, que se define como la capacidad para del ser humano para hacer frente a las adversidades, aprender e incluso ser transformados por estas.

Este modelo trabaja principalmente con tres ejes interdependientes, que se basan en el apoyo externo que tiene el menor (familia, profesores, amigos), el reconocimiento de capacidades intrapsíquicas (tales como el respeto, la responsabilidad y la aceptación de cariño) y las capacidades interpersonales y de resolución de conflictos (expresión de afectos y ubicación contextual), que de potenciarse ayudan en su conjunto a superar las adversidades, y promueven la evitación de factores de riesgo a pesar del contexto pernicioso. Por otro lado, la educación artística le da a los niños la oportunidad de expresarse más libremente, y no me refiero tan solo a Artes Visuales o Música (las áreas que aborda el currículum formal y que son ciertamente importantísimas), si no también a áreas como la Danza y las Artes Circenses, donde la expresión corporal del menor se mezcla con un ejercicio sano, en que se desarrolla tanto la corporalidad (ahí hay un llamado a los que se quejan de que Chile va camino a la obesidad), un conocimiento en términos de cultura, así como un aprendizaje valórico, encausado dentro de lo que es el abordaje de la Resiliencia.

Algunos resultados de esto se hacen evidentes en el corto plazo. En primer lugar, se puede constatar que chicos que presentan ausentismo escolar, sí asisten habitualmente a los Talleres, no tan solo por la novedad que les traen estas nuevas formas de aprendizaje, sino también por la relación que llevan con el Profesor, el cual forma un vínculo cercano y los ayuda paso a paso a progresar en su aprendizaje. Esto permite detectar las preferencias del chico en materia de aprendizaje, y cómo forjar una relación con él que permita el progreso de la enseñanza. Junto con esto se puede observar una mejor relación del alumno con sus pares, puesto que en el mismo taller aprende nuevas formas de interactuar con ellos, lo que paulatinamente se traslapa a otras áreas de su vida.

Para finalizar, quiero expresar que con esto no debemos desechar el camino andado hasta el momento en términos de educación, pero si hacer un llamado de atención en que se deben comenzar a ver nuevas posibilidades de incorporar formas y estilos de enseñar, que nos lleven a ser más inclusivos con aquellos que están pujando por tener una vida mejor. Después de todo, en algún momento se debe terminar este tira-afloja entre quien es el que se debe adaptar, y realicemos que es el sistema educativo el que debe estar al servicio de los niños.

Al Dolor de Mi Gente