Tengo nostalgia de sur y Araucaria
nostalgia de esas hojas milenarias cortantes
de Trompe y Kultrun
de las pisadas furtivas del Puma invisible
y su Culpeo compañero
que danza como una sombra entre los arbustos.
Tengo un anhelo punzante
de las pisadas de mis ancentros
de estrellarme contra esas lágrimas
que caen como bendición infinita
sobre los corazones jamás dominados.
Llama el volcán a mi corazón
con su inquieta humareda
clama por mis manos esa tierra virgen
que no cesa de parir
retumba en mis pies la verde inquietud
de andar por sus parajes.
Sea el cántico mudo del huemul
mi guía fiel
sea la secreta niebla
mi compañera de ruta.
miércoles, 20 de junio de 2012
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