Esta noche quiero dejar de ser el espectador pasivo
de tu silueta acurrucada entre las sábanas,
y parar esta conmoción secreta que se yergue en mi pecho
cuando te observo tan delicadamente tú
entre todas las mujeres que eres; tanto misterio y tanta verdad
mezclada en tus comisuras, por las que deseo un viaje
vertiginoso y sin restricciones.
Esta noche quiero dejar de ser el retratista de tu sombra
y convertirme en el escultor de tu cintura,
anhelo maniobrar peligrosamente
por la vía que recorre tu espalda y tu cuello
desafiando las curvas y esta electricidad que ronda el aire,
la química fabulosa que se mezcla en nuestros encuentros
golpeándonos como el rocío de la mañana, que es el alimento
donado por los cielos a los mortales.
Esta noche quiero llegar hasta ti como paloma mensajera
o el viento que arrastra el polen hasta la flor,
colonizar tu piel con mis besos
y sumergirnos en el sueño que trae la vigilia.
Luego la bocanada, una mirada, y el amanecer.
jueves, 6 de agosto de 2009
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1 comentario:
lo lei, y lo releí...
los comentarios ya te los dí...
y como siempre...
escribes fenomenal!
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