viernes, 12 de diciembre de 2008

Ládano

Vuelvo a beber de esta fuente, vuelvo
con los días contados
sobre este lapsus que se repite
una y otra vez, este ciclo
cansado pero delicioso, como si jugáramos
a la escondida, buscando una y otra vez
ese indefinidamente algo
que no es nosotros,
sino piel y espera, cama y pasión,
sombras a la deriva.

Por instantes
deseo-desear(te), aceptar
lo que me ofrecen tus ojos;
por instantes anhelo
olvido, laxitud
y ni siquiera percibir tu nombre
que sulfura el aire,
ese que podría revivir/rematar
las cenizas secretas que yacen
en mi pecho - que por fuerza
ya deberían pertenecer a otra -,
coronarlas de tu piel
chamuscada en deseo, pero
que sabemos muy bien
que jamás perdurarán,
por que así como
si fueramos luna y sol, solo seríamos
eclipse y nada más, una blanca flor
donde hubo verde, donde pasó el fuego,
el miedo, y la huida silente.

(Si-algo-ha-cambiado-eso-es-nosotros
el-otro-cambio,-los-que-se-fueron ♫)


1 comentario:

Anónimo dijo...

No tienes idea de como me estremece cada palabra tuya. Un "Hola" me basta. Un poema es delirante

Al Dolor de Mi Gente